Qué es la Morfopsicología

 Morfopsicología:  Morphe Psyche

El término Morfopsicología, comprende los términos griegos Morphe (forma) y Psyche (espíritu/alma). Estudiando un rostro con Morfopsicología podemos saber las necesidades profundas del ser, sus tendencias, sus instintos, sus capacidades e, incluso, podemos entreveer su historia personal, como le ha ido en la vida y como esta persona se relaciona con el mundo.  Estamos hablando, pues, del corpus de saber que, partiendo de la biología, se conduce hacia un conocimiento profundo de la personalidad.

Las formas llegan a hablar directamente el lenguaje de la Psicología.” Louis Corman

Luis Corman, fundador de la Morfopsicología

Louis Corman funda la Morfopsicología el 1937 en su obra Quinze leçons de morphopsychologie. En palabras del mismo Corman,“la ciencia morfopsicológica alía el rigor de las leyes lógicas y la viva mobilidad de la intuición.” (1) Corman establece una serie de “leyes de la vida” que permiten analizar los trazos de un rostro para deducir, de forma sintética, cómo es la persona con este rostro.

En el centro de la Morfopsicología, Corman sitúa la Ley de la Dilatación-Retracción de Claude Sigaud, por la que se establece una relación precisa entre forma y función de los seres vivos. Pero también es fundamental, para una buena comprensión de lo que representa la Morfopsicología, los instintos antagonistas de expansión y de conservación.

En esquema, la Morfopsicología según Corman, comprendre las siguientes leyes y conocimientos, necesarios para realizar el estudio de un rostro:

En nuestro blog vamos a ir desarrollando estos y otros temas.

“La vida psíquica toma su fuerza de la vida orgánica”

Corman afirma que la Psicología tradicional ha cometido el error de querer separar el alma del cuerpo, cuando en realidad, “la vida psíquica toma su fuerza de la vida orgánica”. Para entender un individuo debemos debemos comprender el punto de vista dinámico del carácter y del cuerpo a lo largo de la vida, colocando siempre en primer término el punto de vista biológico. La noción cardinal de la morfopsicología es que esta es “dinámica”, dinamismo que tanto se manifiesta en su objeto de estudio como en el método.

Hacer todas estas afirmaciones hace unas décadas es avanzarse a lo que la genética, la biología y la neurociencia están confirmando en los últimos años.

Epigenética: el rostro, resultado de los genes y de nuestra vida

Nuestro cuerpo es la suma del desarrollo de nuestros genes con su manifestación en lo que llamamos el “ambiente”, es decir, como la manifestación de estos genes potenciales se desarrolla o inhibe con lo que experimentamos al largo de nuestra vida, desde el vientre de la madre, e incluso, por lo que hayan vivido las generaciones anteriores. Es la epigenética la parte del estudio de la genética que se dedica a investigar sobre la “memoria vital” de los genes.

El rostro es la parte de nuestro cuerpo que más cambia al largo de nuestra vida pues es la más suceptible a los cambios más visibles. El morfopsicólogo Dr. Julián Gabarre afirma, gracias a sus investigaciones, que “el rostro es susceptible de modificarse mucho, y paralelemente el carácter, dependiendo del programa epigenético de cada persona”. (2)

Neuroplasticidad

Uno de los descubrimientos más interesantes de los últimos tiempos de la neurociencia es el de atribuir al cerebro una capacidad plástica, conocida como neuroplasticidad. Ello significa que durante toda nuestra vida podemos crear nuevas conexiones neuronales. Representa la habilidad infinita del cerebro de cambiar.

El descubrimeinto de la neuroplasticidad, de que nuestros pensamientos pueden cambiar la estructura y función de nuestros cerebros, incluso en nuestra vejez, es el avanze más importante de la comprensión del cerebro en cuatrocientos años.” Norman Doidge (3)

En el campo del comportamiento eso significa que si hacemos las cosas de forma distinta, incluso si cambiamos nuestros pensamientos, el cerebro cambia y nosotros cambiamos como persona. El neurocientífico Richard Davidson afirma que -y mejor cuando más pronto en nuestras vidas- incluso el aprendizaje social y emocional, pueden modificar nuestro cerebro y producir cambios en las funciones emocionales adaptativas y en las funciones cognitivas, como consecuencia de ello (4).

Y si el cerebro cambia, ¿también cambia el rostro? Para llegar a tales conclusiones, se abre todo un camino que permita demostrar, o negar científicamente, esta hipótesis.

REFERENCIAS

(1) CORMAN, Louis, Caracterologie et Morphosycologie, E. PUF, 1984, p. 13.
(2) GABARRE; Julián, El rostro y la personalidad, Ediciones Flumen, 2007, p. 38.
(3) DOIDGE, Norman, The Brain that Changes Itself,  Oliver Sacks, 2007
(4) DAVIDSON, Richard, “The Heart-Brain Connection: The Neuroscience of Social, Emotional, and Academic Learning“, Conferencia en vídeo.